9/01/2007

Objetivos Especificos

Como tarea sugerida en la reunión de Cuenca efectuada el pasado 30 de Agosto entre todos elaboraremos los objetivos específicos de la RED

Objetivo General de la Red

Consolidar una red de Instituciones que coordinen y desarrollen acciones tendientes a mejorar la calidad de vida de la comunidad en general a través de la gestión interinstitucional de la Cuenca del río Juan Amarillo

Breve Historia de la Cuenca del Río Juan Amarillo

El Río Salitre o Juan Amarillo. Nace en los cerros orientales con el nombre de quebrada Arzobispo y al penetrar en la ciudad es transformado en un canal abierto. En su recorrido recibe numerosos afluentes, entre otras quebradas, las Delicias, Rionegro, los Molinos y el Chicó. El caudal medio en su desembocadura es 5.5 m3/s, es canalizando desde la avenida 68 recogiendo los desechos de la industria ubicada en la floresta y otros sectores, es destino final de las aguas lluvias de la mayor parte del norte de la ciudad, así cono de las aguas negras de los colectores enterrados y las provenientes de los barrios de origen ilegal; en su recorrido de siete kilómetros presenta condiciones de alcantarilla abierta, constituyendo una amenaza para la salud de los habitantes ribereños.
POR QUÉ ES RIO FUE CAMBIANDO?
Hacia 1920, en Bogotá se empezó a realizar la urbanización de los predios cercanos al río Arzobispo (calle 39), comenzando así un proceso tendiente a conectar la ciudad antigua con Chapinero. Alrededor de 1923, la quebrada de Chapinero (calle 62) marcaba el límite de crecimiento de Bogotá y para 1932 la quebrada de la Vieja (calle 70 A) bañada terrenos urbanizados. En 1947 la ciudad llegó hasta las quebradas de la Cabrera y el Chicó (calle 88) y bordeando los años 70's tocó el río de Los Micos o quebrada de Luce (diagonal 109). La urbanización de los terrenos próximos a la quebrada de Trujillo (calle 127) sucedió hacia 1960 y la quebrada de los Cedros (calle 134) a mediados de la misma década.
Los ríos son usados como colectores tanto de aguas residuales como lluvias de la ciudad, cuyos flujos altamente concentrados deterioran enormemente el ambiente y la calidad de las aguas. Para proteger las orillas de estos ríos en ocasiones se construyen muros en gaviones como medidas correctivas o diques longitudinales (jarillones) para evitar desbordes, pero estas obras reducen las secciones transversales produciendo incrementos en la velocidad del flujo y elevación del nivel del agua